jueves, 16 de diciembre de 2010

SIN ESPACIOS



Es imposible desanudarte  de mi espacio, has crecido en todas partes, como dientes de león que a su vez se esparcen por donde quiera. Tu piel es mi templo, tus labios mi oración y tus brazos mi refugio, de tus ojos ha nacido mi fe, que ilumina todos mis días y mis noches en espera de tu amor ¿Cómo deshacerme de la sensación en mi estómago  que  surge cada vez que tu inquietud me asalta en las mañanas sin apenas haber despedido un bostezo para manifestar mi des ensueño? ¡¡¡Estoy insoportable!!!  Dame un beso sin censura lo más pronto posible, antes de que amanezca otra vez sin ti, sábeme al recuerdo de tu sueño  terminado en un orgasmo todavía en la torpeza de acabar de despertar.
    
     Y pienso. Pienso y siento nuestra piel, una sola, como la sábana en dónde lo hacemos, lo que sea: el amor, una reconciliación, un deseo, una noche corta, una mañana larga, una tarde calurosa, un rato divertido, una sobremesa.
     
     Hemos hecho el amor de un beso, de un hombro, de un pie, de un lunar, de el ombligo, de tus manos, de las mías, de las miradas, de una pregunta en tu mano, de despedidas, de bienvenidas, de bañarnos, de repente, de mañana, de noche, de tarde, de enojo, de alegría, de conocernos, de sueño y de lo faltante.
     
     Hoy quiero dormirme de ti, bañarme de ti, despertarme, soñarme, tocarme, sentirme, saberme, tenerme; acordarme de ti. Que sea un sueño ésta lejanía y que pronto seamos juntos para amanecernos y anochecernos en un trébol de cuatro hojas, con una flor de bugambilia desde tu lengua y una jacaranda en sueños que pueda predecir el deseo de desearnos todo el tiempo.

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